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REFLEJOS PRIMITIVOS

Los reflejos primitivos son respuestas motoras automáticas que permiten al bebé sobrevivir después del parto. Los bebés hacen una serie de movimientos repetitivos durante sus primeros años de vida que en sí mismos tienen un efecto inhibidor natural de dichos reflejos. Si estos movimientos no se han hecho, o no se han hecho lo suficiente, los reflejos permanecerán activos, afectando a sus habilidades motoras gruesas o finas, al control postural y de emociones y también a la percepción sensorial y cognitiva.

Estos reflejos se integran a través de la Terapia de Movimientos Rítmicos.

Cuando el desarrollo del niño/a es lento, podemos acelerarlo a través de la realización de estos movimientos. Conseguimos con ello una estimulación de las partes más básicas y primitivas del cerebro a través de nuevas conexiones neuronales, que al activarse y estimularse activarán a su vez zonas más evolucionadas y necesarias para el aprendizaje, el control emocional y postural, y el comportamiento.

Una vez que se consigue esto, se notarán beneficios en la capacidad de atención, en la impulsividad y la hiperactividad. Además, se llegará a una mayor madurez y control emocional.