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EXAMEN VISUAL: Evaluación de todas las habilidades que nos permiten tener un sistema visual eficaz

En Eyetools realizamos exámenes visuales adaptados a las necesidades y problemas de cada paciente. 

Los exámenes visuales se pueden realizar desde los 6 meses de vida. De la misma manera, se llevan a cabo exámenes específicos y adaptados a personas con parálisis cerebral, tanto congénita como adquirida.

Las alteraciones pueden variar desde un desajuste acomodativo o un problema de los movimientos oculares, a un desequilibrio de las funciones visuales entre ambos ojos, como es el caso de una ambliopía (ojo vago) o un estrabismo.

Una función visual ineficaz puede afectar todos los aspectos de la vida cotidiana incluyendo el rendimiento académico, la eficacia en el trabajo y/o los deportes, ya que el 80% de la información que recibimos es a través de los ojos.

Algunas habilidades visuales que se evalúan son:

EXAMEN DE APRENDIZAJE: Evaluación de todas las habilidades de percepción visual que pueden interferir en los procesos del aprendizaje

Si los padres observan que su hijo/a muestra dificultades para poder leer, escribir o hacer los deberes, sería recomendable realizar una evaluación visual completa para determinar si todas las áreas funcionales de la visión están trabajando adecuadamente.

¿Cuándo una dificultad de aprendizaje es debida a un problema de visión?

EXAMEN VISUAL EN BEBÉS

Los problemas visuales en la infancia (0-7 años) pueden tener un gran impacto en el desarrollo futuro de los niños. Entre ellos se encuentran las afaquias, los errores refractivos altos, las ambliopías refractivas y los estrabismos, los cuales suelen aparecer antes de los 3 años. Sin embargo, menos del 10% de los niños reciben atención visual antes de los 2 años, lo que retrasa su diagnóstico. Una de las causas por las que decidimos especializarnos en este área. 

El sistema visual del bebé ya está suficientemente desarrollado a los 6 meses, por lo que es posible intervenir tempranamente. Durante los primeros 10 años de vida, el cerebro es más sensible a los estímulos, lo que hace crucial detectar cualquier problema visual antes de que el niño pueda hablar. Si no se trata, un ojo podría volverse vago y el otro aumentar su eficacia para compensar.

El desarrollo visual comienza al nacer y se completa en los primeros años de vida, que está ligado con el desarrollo motor del niño desde darse la vuelta hasta un buen gateo. La detección temprana y el tratamiento adecuado son esenciales para evitar consecuencias a largo plazo.